A día de hoy, la mayoría de
campos de futbol son de césped natural, que precisan de un mantenimiento
continuado y de un seguimiento constante, que suman grandes cantidades de
dinero en gastos. No obstante cada vez se instalan más campos de césped
artificial para reducir el mantenimiento de los campos y para aprovechar las
ventajas que este presenta.
¿Cuáles son los beneficios
de un campo de futbol de césped artificial en comparación con un campo de
césped natural?
- Mantenimiento: el césped natural necesita mantenimiento constante, ya sea regar, cortar el césped, marcar las líneas de juego o aplanar el terreno. En cambio el césped artificial requiere muy poco mantenimiento y permite reducir el tiempo que se invierte en acondicionar el campo.
- Control del campo de juego: es fácil mantener nivelado un campo de césped artificial. Por lo contrario, los campos de césped natural pueden presentar irregularidades como baches, agujeros, desniveles o clapas sin césped. Además, no es necesario controlar la altura del césped, que a menudo puede entorpecer la dinámica del juego.
- El clima afecta menos: cuando la tierra natural entra en contacto con una gran cantidad de agua aparece un elemento bastante molesto en el campo: el barro. Éste puede provocar que el suelo esté resbaladizo y potencia la posibilidad de que algún jugador pueda sufrir una lesión y hace que el juego sea más entorpecido.
- Mayor variedad de calzado: el césped artificial permite al jugador escoger entre una mayor variedad de tipos de botas de futbol en comparación con el césped natural.
- Mejor ritmo de juego: un césped demasiado alto hará que la pelota se desplace de una forma más lenta y previsible. En cambio, un material llano y liso permitirá pasadas más suaves y rápidas. Además, el material que hay en la base del campo puede hacer que el juego sea más divertido y sorprendente ya que permite que la pelota rebote más.
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